“NO PODEMOS DOBLAR LAS MANOS Y DECIR QUE YA HEMOS ALCANZADO LOS ESPACIOS QUE QUEREMOS”
Marina Arvizu Rivas
Aída Marina Arvizu Rivas
Sesión de la Cámara de Diputados
Martes 10 de Abril de 2007
Cristina Renaud y Teresa Dey
Cuando Marina Arvizu tenía nueve años, Doña María de Jesús, su abuela paterna, le hizo un obsequio que marcaría una línea en su conciencia. “Fue el primer libro que yo leí, se llamaba Mujer que Sabe Latín no tiene marido ni tiene buen fin.” Así que creció de la mano de Rosario Castellanos y con apoyo de toda su familia, fue forjando la carrera que ahora le da la experiencia para poder discutir acerca de un tema crucial que conoce muy bien y al respecto comenta: “Las mujeres no hemos alcanzado la equidad en el ámbito de los medios de comunicación, nada más haz un recuento de las pocas mujeres que están dirigiendo periódicos, revistas, o son directoras de noticieros en los medios electrónicos, Es necesario seguir impulsando todavía una condición más equitativa entre hombres y mujeres en el ámbito de los medios de comunicación; creo que no podemos doblar las manos alcanzado los espacios que queremos”.
Actualmente, Marina es coordinadora de la fracción parlamentaria del Partido Alternativa Socialdemócrata en la Cámara de Diputados. Desde pequeña tuvo inquietudes políticas. En tercero de secundaría era líder del Consejo Estudiantil. Más tarde, en la Preparatoria 18 de Marzo “había un muchacho que era el dirigente de la escuela y que me daba mucha lata; y con ese fue con quien me casé después”. Tienen dos hijos de 15 y 12 años, aunque ellos viven en Torreón con su papá y ella los extraña a los tres.
Confiesa que desde niña sus inquietudes estaban relacionadas con la política y el periodismo, dice que lo disfrutaba través de la lectura y de la televisión. “Me llamaban la atención dos cosas: el contenido de las noticias, pero también cómo se hacían.”
Ahora acuerda con nostalgia cómo comenzó a escribir: “Yo me casé con un periodista, Jorge Arturo Torres Vargas. Desde hace 17 años tenemos una revista política de circulación regional llamada Brecha. Por mi esposo conocí a Sara Lovera, y ella me dijo un día: “Tú escribes bien, tienes una visión de la condición social de las mujeres distinta, por qué no escribes sobre ello”. Y entonces empecé hacer artículos, investigaciones y reportajes vinculados a la condición social de las mujeres. Luego juntas, creamos la Red Nacional de Periodistas y viajé con ella por todo el país para hacer conciencia en nuestras compañeras de los medios y enseñarles cómo podían pasar de las notas interiores a una primera plana.”
“Después fundé un suplemento de mujeres que todavía existe en la revista que dirige mi marido y que se llama Mujeralia. Mi primera batalla fue decidir si seguía escribiendo desde ese coto específico para mujeres, el suplemento de mujeres, o metía entre las páginas de la revista reportajes que estuvieran vinculados, no solamente al tema de la perspectiva de género, sino a reflejar la condición de las mujeres en este país.”
La diputada Arvizu declara abiertamente: “Yo no estudié periodismo, me hice con mi marido; pero leía mucho sobre periodismo. Y como en algunos libros decían que las notas tenían que ser escritas de manera objetiva, mi pleito siempre fue ese. Cómo puedes escribir algo objetivo si no eres un objeto. Eres un sujeto y procesas la información de acuerdo a tu propia historia. Eso para mi fue muy importante y me sirvió muchísimo, incluso para la política, por que esa conciencia está muy vinculada con el ejercicio público en todos los sentidos. Quienes hemos llegado a ciertas posiciones en la política, en los medios o en al academia, siempre tenemos como una perspectiva que va más allá de estar en una posición importante”.
Aída Mariana Arvizu Rivas, es la mayor de cuatro hijos del matrimonio de doña Adela Rivas y Don Mario Arvizu, quien la impulsara hacia la lectura desde muy pequeña. No estudió periodismo, como ella dice pero sí tiene una licenciatura en Recursos Humanos con especialización en Derecho Laboral y de postgrado en Administración y Alta dirección; Diplomados en Género y Análisis político-estratégico. “Para estar en esto no tienes que saber de todo, pero al final sí es importante que tengas conocimientos generales.”
Reconoce que una de sus tareas como diputada es impulsar con fuerza leyes igualitarias tanto en materia legislativa como en políticas públicas, y estar pendiente de lo que se refleja en los medios, además de estar al tanto sobre las condiciones de las mujeres que trabajan en los medios. “Yo creo que los problemas que se enfrentan las mujeres en los medios de comunicación son similares a todos los problemas que se enfrentan las mujeres cuando entran al ámbito de la vida pública, es decir, hay dificultades a la hora del ejercicio de la profesión, hay complicaciones para alcanzar puestos de decisión, que generalmente están apartados para los señores. Hay diferencias incluso en los salarios.”
“Yo empecé chica a leer a periodistas a feministas, a todas aquellas que escribían un libro donde hablaban de una manera distinta de la condición de las mujeres. Me empecé a vincular con el Colegio de México con el Pueg, con las organizaciones no gubernamentales en el trabajo de las mujeres, pero desde la perspectiva de la investigación. Dicen que en el feminismo son muy importantes las influencias, que una aprende a reconocer quién la llevo de la mano, quién fue de carne y hueso, quién te dijo por donde ir.”
Para esta exitosa diputada y periodista, cuando las mujeres que están en los medios adquieren una conciencia de género, independientemente de que se asuman como feministas o no, como Carmen Aristegui. Arvizu explica que desarrollan una sensibilidad para ir más allá, para ir plasmando la realidad como la perciben. Así que se crean una especie de complicidad, independientemente de las diferencias políticas que puedan tenerse.
Respecto a las dificultades que encontraban las mujeres que querían trabajar en los medios expone: “Todavía en los años ochentas y parte de los noventas, el ejercicio del periodismo era en general muy masculino, y entonces –igual que en la política-, en la mesa de redacción los asuntos estaban definidos por los señores y las cosas se arreglaban en las cantinas. Para poder incluirte en ese grupo, te devaluaban como persona y al mismo tiempo empezaban los acosos.”
Mariana Arvizu sabe que el acoso sexual se vive en todos los ámbitos y que no sólo las periodistas han tenido entrar soportándolo para abrirse espacios, a codazos, en las mesas de redacción, en las jefaturas de información, en la dirección de un periódico o en la dirección de los medios electrónicos; sino en todos los ámbitos del ejercicio laboral. “Esa es una bronca de discriminación, de una cultura patriarcal que ha sido milenaria, en donde las mujeres parece que no tenemos nada que decir ni nada que hacer.”
Y es que, según Arvizu, siempre ha existido un debate sobre si la Comisión de Equidad y Género solamente debe encargarse de los temas de mujeres como una acción afirmativa u ocuparse también d todos los procesos. “Creo que yo llegue a la conclusión de que tenemos que seguir empujando a través de acciones afirmativas, porque todavía las mujeres no hemos alcanzado ese espacio donde podamos ser pares de los señores, sobre todo de la vida pública; los medios no son la excepción. Eso es lo que yo hago en mi vida cotidiana, tanto como cuando estaba en los medios como ahora que estoy en la política.”
Marina Arvizu Rivas
Aída Marina Arvizu Rivas
Sesión de la Cámara de Diputados
Martes 10 de Abril de 2007
Cristina Renaud y Teresa Dey
Cuando Marina Arvizu tenía nueve años, Doña María de Jesús, su abuela paterna, le hizo un obsequio que marcaría una línea en su conciencia. “Fue el primer libro que yo leí, se llamaba Mujer que Sabe Latín no tiene marido ni tiene buen fin.” Así que creció de la mano de Rosario Castellanos y con apoyo de toda su familia, fue forjando la carrera que ahora le da la experiencia para poder discutir acerca de un tema crucial que conoce muy bien y al respecto comenta: “Las mujeres no hemos alcanzado la equidad en el ámbito de los medios de comunicación, nada más haz un recuento de las pocas mujeres que están dirigiendo periódicos, revistas, o son directoras de noticieros en los medios electrónicos, Es necesario seguir impulsando todavía una condición más equitativa entre hombres y mujeres en el ámbito de los medios de comunicación; creo que no podemos doblar las manos alcanzado los espacios que queremos”.
Actualmente, Marina es coordinadora de la fracción parlamentaria del Partido Alternativa Socialdemócrata en la Cámara de Diputados. Desde pequeña tuvo inquietudes políticas. En tercero de secundaría era líder del Consejo Estudiantil. Más tarde, en la Preparatoria 18 de Marzo “había un muchacho que era el dirigente de la escuela y que me daba mucha lata; y con ese fue con quien me casé después”. Tienen dos hijos de 15 y 12 años, aunque ellos viven en Torreón con su papá y ella los extraña a los tres.
Confiesa que desde niña sus inquietudes estaban relacionadas con la política y el periodismo, dice que lo disfrutaba través de la lectura y de la televisión. “Me llamaban la atención dos cosas: el contenido de las noticias, pero también cómo se hacían.”
Ahora acuerda con nostalgia cómo comenzó a escribir: “Yo me casé con un periodista, Jorge Arturo Torres Vargas. Desde hace 17 años tenemos una revista política de circulación regional llamada Brecha. Por mi esposo conocí a Sara Lovera, y ella me dijo un día: “Tú escribes bien, tienes una visión de la condición social de las mujeres distinta, por qué no escribes sobre ello”. Y entonces empecé hacer artículos, investigaciones y reportajes vinculados a la condición social de las mujeres. Luego juntas, creamos la Red Nacional de Periodistas y viajé con ella por todo el país para hacer conciencia en nuestras compañeras de los medios y enseñarles cómo podían pasar de las notas interiores a una primera plana.”
“Después fundé un suplemento de mujeres que todavía existe en la revista que dirige mi marido y que se llama Mujeralia. Mi primera batalla fue decidir si seguía escribiendo desde ese coto específico para mujeres, el suplemento de mujeres, o metía entre las páginas de la revista reportajes que estuvieran vinculados, no solamente al tema de la perspectiva de género, sino a reflejar la condición de las mujeres en este país.”
La diputada Arvizu declara abiertamente: “Yo no estudié periodismo, me hice con mi marido; pero leía mucho sobre periodismo. Y como en algunos libros decían que las notas tenían que ser escritas de manera objetiva, mi pleito siempre fue ese. Cómo puedes escribir algo objetivo si no eres un objeto. Eres un sujeto y procesas la información de acuerdo a tu propia historia. Eso para mi fue muy importante y me sirvió muchísimo, incluso para la política, por que esa conciencia está muy vinculada con el ejercicio público en todos los sentidos. Quienes hemos llegado a ciertas posiciones en la política, en los medios o en al academia, siempre tenemos como una perspectiva que va más allá de estar en una posición importante”.
Aída Mariana Arvizu Rivas, es la mayor de cuatro hijos del matrimonio de doña Adela Rivas y Don Mario Arvizu, quien la impulsara hacia la lectura desde muy pequeña. No estudió periodismo, como ella dice pero sí tiene una licenciatura en Recursos Humanos con especialización en Derecho Laboral y de postgrado en Administración y Alta dirección; Diplomados en Género y Análisis político-estratégico. “Para estar en esto no tienes que saber de todo, pero al final sí es importante que tengas conocimientos generales.”
Reconoce que una de sus tareas como diputada es impulsar con fuerza leyes igualitarias tanto en materia legislativa como en políticas públicas, y estar pendiente de lo que se refleja en los medios, además de estar al tanto sobre las condiciones de las mujeres que trabajan en los medios. “Yo creo que los problemas que se enfrentan las mujeres en los medios de comunicación son similares a todos los problemas que se enfrentan las mujeres cuando entran al ámbito de la vida pública, es decir, hay dificultades a la hora del ejercicio de la profesión, hay complicaciones para alcanzar puestos de decisión, que generalmente están apartados para los señores. Hay diferencias incluso en los salarios.”
“Yo empecé chica a leer a periodistas a feministas, a todas aquellas que escribían un libro donde hablaban de una manera distinta de la condición de las mujeres. Me empecé a vincular con el Colegio de México con el Pueg, con las organizaciones no gubernamentales en el trabajo de las mujeres, pero desde la perspectiva de la investigación. Dicen que en el feminismo son muy importantes las influencias, que una aprende a reconocer quién la llevo de la mano, quién fue de carne y hueso, quién te dijo por donde ir.”
Para esta exitosa diputada y periodista, cuando las mujeres que están en los medios adquieren una conciencia de género, independientemente de que se asuman como feministas o no, como Carmen Aristegui. Arvizu explica que desarrollan una sensibilidad para ir más allá, para ir plasmando la realidad como la perciben. Así que se crean una especie de complicidad, independientemente de las diferencias políticas que puedan tenerse.
Respecto a las dificultades que encontraban las mujeres que querían trabajar en los medios expone: “Todavía en los años ochentas y parte de los noventas, el ejercicio del periodismo era en general muy masculino, y entonces –igual que en la política-, en la mesa de redacción los asuntos estaban definidos por los señores y las cosas se arreglaban en las cantinas. Para poder incluirte en ese grupo, te devaluaban como persona y al mismo tiempo empezaban los acosos.”
Mariana Arvizu sabe que el acoso sexual se vive en todos los ámbitos y que no sólo las periodistas han tenido entrar soportándolo para abrirse espacios, a codazos, en las mesas de redacción, en las jefaturas de información, en la dirección de un periódico o en la dirección de los medios electrónicos; sino en todos los ámbitos del ejercicio laboral. “Esa es una bronca de discriminación, de una cultura patriarcal que ha sido milenaria, en donde las mujeres parece que no tenemos nada que decir ni nada que hacer.”
Y es que, según Arvizu, siempre ha existido un debate sobre si la Comisión de Equidad y Género solamente debe encargarse de los temas de mujeres como una acción afirmativa u ocuparse también d todos los procesos. “Creo que yo llegue a la conclusión de que tenemos que seguir empujando a través de acciones afirmativas, porque todavía las mujeres no hemos alcanzado ese espacio donde podamos ser pares de los señores, sobre todo de la vida pública; los medios no son la excepción. Eso es lo que yo hago en mi vida cotidiana, tanto como cuando estaba en los medios como ahora que estoy en la política.”
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