Ambas temáticas, han sido abordadas desde hace tiempo; como muestra, citemos a Platón que en el año 380 A. C, hace referencia al amor hetereo y homosexual en sus Diálogos.
A la fecha los artículos que se han vertido sobre la familia y las relaciones sexuales son muchos y diversos, así que mi objetivo no es presentar el tema como algo novedoso, sino aportar algunos elementos que ayuden a ampliar el debate sobre las mejores estrategias para lograr la ciudadanía plena de las personas, sin importar su preferencia sexual. De acuerdo a lo que menciona la Dra. Raine Eisler en El Cáliz y la Espada, esto no es sencillo porque:
La cultura patriarcal occidental a que pertenecemos se caracteriza. . . por las peculiares coordinaciones de acciones y de emociones que constituyen nuestro convivir cotidiano en la valoración de la guerra, la lucha, en la aceptación de las jerarquías y de la autoridad y el poder; en la valoración del crecimiento yb de la procreción y en la justificación racional del control del otro a través de la apropiación. Así, estamos en guerra contra la pobreza, luchamos contra el hambre, respetamosnla jerarquía del saber, el conocimiento nos da autoridad y poder, el aborto es el crimen más grande, y los problemas de la humanidad se resuelven con el crecimiento económico y el progreso tecnológico que nos permite dominar y someter a la naturaleza. . . el tono fundamental de las relaciones humanas está dado desde el sometimiento al poder y a la razón, en el supuesto implícito de que poder y razón revelan dimensiones trascendentales del orden cósmico natural a las que el ser humano tiene acceso. . .
Avanzar en la equidad y el respeto a los derechos de las personas, en este caso vivir con libertad su orientación sexual, implica un cambio de cultura, pero ningún fenómeno humano es natural; es innegable su construcción histórica. Federico Engels en el origen de la Familia, la propiedad privada y el estado nos indica que:
El orden social en que viven los hombres en una época o en un país dados, esta condicionado por. . . dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia, de la otra. . . Cuanto menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, se manifiesta con mayor fuerza en la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre el régimen social. Sin embargo, en el marco de este desmembramiento de la sociedad basada en los lazos de parentezco, la productividad del trabajo aumenta sin cesar, y con ella se desarrolla la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena, y con ello, la base de los antagonismos de clase: los nuevos elementos sociales, que en el transcurso de generaciones tratan de adaptar el viejo régimen social a las nuevas condiciones hasta que, por fin, la incompatibilidad entre uno y otras nos lleva a una revolución completa. . .
Pero además Engels nos advierte que:
La familia. . . nunca permanece estacionaria, sino que pasa de una forma inferior a otra superior a medida que la sociedad evoluciona de un grado más bajo a uno más alto. En cambio, los sistemas de parentesco son pasivos; sólo después de varios intervalos registran los progresos hechos por la familia en el curso de las edades, y no sufren radical modificación sino cuando se ha modificado radicalmente la familia. . . lo mismo sucede con los sistemas políticos, jurídicos, religiosos y filosóficos.
En ese sentido, podemos decir que hemos sido testigos de cómo se han ido modificando las relaciones familiares alrededor del mundo, las nuevas formas de convivencia y el impacto de estos cambios en las sociedades. ya no hablamos solamente de la familia nuclear y tradicional, hoy reconocemos otro tipo de familias y otras formas de relacionarse entre si. Esto esta vínculado con el cambio de los modelos económicos, incorporación cada vez mayor de las mujeres al ambito moral y la redefinición de los roles de género en las sociedades modernas. Pero, siguiendo a Engels podemos afirmar que no hemos logrado transformar los sistemas politicos, juridicos y religiosos, para que esten acoordes con la evolución social y familiar de nuestro tiempo.
Como señala Ortega y Gasset en el prologo de El Collar de la Paloma:
No es posible comprender bien un hecho historico, sea el que sea, si no se acierta a contemplarlo desde el punto de vista que mejor manifieste su más auténtico sentido, es decir, desde el cual se divise a saber, y en toda su extensión, el area de realidades humanas a que el hecho pertenece. . . asi es que damos un acercamiento a lo que esta ocurriendo con relación a los hogares mexicanos. De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO) existen en México 26.6 millones de hogares que albergan a 106.8 millones de personas; de ellos 24.5 millones son familiares; es decir al menos dos de sus integrantes tienen parentesco por consanguineidad. Los 2.1 millones de hogares restantes estan conformados por personas sin parentesco. Así mismo, 17.8 millones de hogares en nuestro país se consideran nucleares y estan conformados por una pareja con o sin hijos o por uno de los padres con al menos una hija o un hijo. 6.7 millones de hogares denominados externos, se forman por dos o más parientes o personas sin parentesco .
Sobre el número de hogares conformados por personas del mismo sexo, no existen datos oficiales; sin embargo, de acuerdo con datos de organizaciones no gubernamentales, un 20% de la población en el mundo tiene o ha tenido parejas del mismo sexo.
La realidad de las familias en México y en el Mundo ya es otra. Las legislaciones han ido modificandose paulatinamente y se han reconocido nuevas formas de convivencia a la par que han ido igualandose nuevos derechos sobre todo para aquellas personas historicamente discriminadas como las mujeres y los homosexuales. En nuestro país tenemos una gran contradicción, pues mientras el Artículo 4, de nuestra carta magna plantea claramente que los hombres y las mujeres son iguales ante la ley, en la practica encontramos que este derecho no puede ser ejercido por todas las personas porque las propias leyes las han discriminado, este es el caso de las personas que reconociendose homosexuales no pueden acceder al matrimonio porque su derecho se ve restringido por el ejercicio de su sexualidad.
El reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo sigue siendo un tema de acalorado debate, por que el rechazo a estas personas se ve reforzado por practicas culturales y por instituciones y grupos conservadores que mantienen una postura moral de rechazo hacia la homosexualidad. Es el caso de la Ortodoxia cristiana, judía e islamica que argumentan que la homosexualidad no es una condición sexual natural de la persona, sino que es una anomalía y según sus creencias es considerada como pecado. Aunque estos argumentos religiosos no debieran tener impacto en la generación de leyes en países laícos como el nuestro, algunos legisladores y legisladoras plantean este tipo de argumentos en el debate para la aprobación de leyes y sacerdotes católicos persisten en su argumento de que el matrimonio es y debe seguir siendo entre un hombre y una mujer.
En México a pesar de la fuerte presencia católica, los legisladores de la capital dieron a las parejas homosexuales la posibilidad de registrar sus uniones de manera civil, mediante una figura denominada "Sociedades de Convivencia" basada en la solidaridad mutua que permite a los convivientes el derecho a heredar entre otras cosas. Aunque los y las legisladoras de la ciudad de México no legalizaron formalmente el matrimonio del mismo sexo, si pusieron en la mesa del debate público, la discriminación, la homofobia y la falta de acceso a la justicia para hombres y mujeres no heterosexuales. Poco después de que se aprobara esta reforma, el Estado de Coahuila adoptó una sentencia que garantiza un estatus legal similar a los miembros de una pareja homosexual.
En otros países, los respectivos parlamentos han votado la legalización del matrimonio del mismo sexo. Es el caso de Sudáfrica, que se convirtiió en el primer país de África en hacerlo. la medida siguio a la sentencia del Tribunal Constitucional Sudafricano de 2005 que declaraba que el gobierno tenía que legalizar el matrimonio del mismo sexo. El dictamen se basaba en una cláusula de la Constitución del país que prohíbe la discriminación por razones de inclinación sexual.
En España fue legalizado el 30 de junio del 2005, en congruencia con las promesas de campaña del entonces aspirante a la Jefatura del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien en 2004 se presentó a las elecciones generales con un programa que incluía el compromiso de "posibilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo y el ejercicio de cuantos derechos conlleva". Tras su triunfo en las elecciones, la formación de su gobierno y mucho debate de por medio, se aprobó la ley que modificaba el código civil y permitia el patrimonio entre personasdel mismo sexo fue oficialmente legal en España el 3 de julio de 2005. Países como Holanda y Bélgica tienen legislación al respecto así como el Estado de Massachusets, que el 17 de mayo del 2004 se convirtió en la primera entidad de los Estados Unidos en reconocer legalmente el matrimonio homosexual. El reconocimiento legal del matrimonio homosexual y de la familia homoparental, es un asunto de igualdad y ejerciciode un derecho que no debe estar condicionado a la orientación sexual de las personas.
Se tiene constancia y documentación de las prácticas homosexuales desde los inicios de la humanidad, prácticamente en todas las épocas y las civilizaciones, con diferentes grados de reconocimiento social; sin embargo, también se tiene constancia de las muchas vidas que la homofobia ha cobrado por posiciones fundamentalistas. Existen estudios que han relacionado el odio hacia la homosexualidad con sentimientos homosexuales o transgénero reprimidos. Expertos en teoría de género ligan esta prácticacon la cultura patriarcal dominante, que además discrimina a las mujeres. Otros expertos han puesto su atención en la relación entre homofobia y determinadas estructuras mentales de la personalidady más espacíficamente con la personalidad autoritaria.
La homosexualidad no debe restringir a las personas en sus derechos; por el contrario, debe tener un reconocimiento social y cultural que obligue al Estado y sus instituciones a darles certeza jurídica en sus relaciones afectivas, para regular su convivencia con iguales requisitos y efectos que los existentes para los matrimonios entre personas de distinto sexo. En los países en que se ha aprobadohasta ahora, se ha establecido legalmente mediante la extensión de la institución ya existente del matrimonio a aquellos formados por personas del mismo sexo. Se mantiene la naturaleza , los requisitos y los efectos que el ordenamiento jurídico venía reconociendo previamente a los matrimonios.
Junto a la institución del matrimonio y como alternativa o, en ocasiones, superponiéndose a la regulación delmatrimonio entre personas del mismo sexo, existen instituciones civiles adicionales, muy diferentes en cada país y comunidad, con denominaciones distintas como "parejas de hecho", "uniones civiles" o "concubinatos" (entre otras denomicaiones), cada cual de una naturaleza, requisitos y efectos según su realidad social, histórica, sociológica, jurídica y aun política.
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